Salud de la próstata
Los análisis de detección del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) han conducido a una disminución de casi el 50 % del cáncer de próstata metastásico en los últimos 20 años.1 Sin embargo, los análisis de detección de PSA no son específicos y no pueden distinguir entre la enfermedad de escasa malignidad y el cáncer de gran malignidad. Además, la hiperplasia prostática benigna (BPH), la prostatitis y el traumatismo pueden causar niveles elevados de PSA, lo cual dificulta la interpretación de los resultados.
El estándar de atención actual permite a los proveedores de atención médica determinar de manera subjetiva si un paciente con nivel de PSA anormal debería someterse a una biopsia de próstata para un diagnóstico de cáncer más definitivo. Todos los años, se realizan casi un millón de biopsias de próstata en los EE. UU., que exponen a muchos hombres a los inconvenientes, las molestias y las potenciales complicaciones que acarrea este procedimiento quirúrgico. Y como la mayoría de los cánceres de próstata son de escasa malignidad y no requieren tratamiento, muchos pacientes se someten a biopsias de próstata innecesarias, lo cual genera un exceso de tratamiento de la enfermedad de escasa malignidad. Además, las biopsias de próstata pueden no detectar el cáncer o lo infravaloran en el 20 al 30 % de los casos. Estos factores sugieren que después de un PSA elevado, se necesita una prueba de seguimiento no invasiva que sea específica para el riesgo de cáncer de próstata de gran malignidad.
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Referencias
- Welch, H. Gilbert, David H. Gorski, et al. Trends in metastatic breast and prostate cancer – Lessons in cancer dynamics. New England Journal of Medicine 373.18 (2015): 1685-1687.